Internet era nuestra. Nos la robaron entre quienes viven de extraer nuestros datos personales y quienes necesitan que se extienda el odio, pero antes todo ese espacio era nuestro. También nos robaron internet cuando privatizaron las redes que habían sido desarrolladas en centros de investigación públicos para dárselas a un puñado de empresas. O cuando se apropiaron de todo lo que millones de personas estaban haciendo en línea para empaquetarlo en un modelo de negocio que llamaron Web 2.0. Nos han contado internet como un ejemplo de éxito empresarial para que nos olvidemos del papel de los hacklabs, de la financiación pública, de streamers gastando zapatilla en las calles, de señoras enviando memes a grupos de WhatsApp, de activistas que conspiran, de riders en huelga… de millones de protagonistas que no suelen aparecer en los relatos y que son parte fundamental del desarrollo de las tecnologías digitales.
Repasar esta historia …
Internet era nuestra. Nos la robaron entre quienes viven de extraer nuestros datos personales y quienes necesitan que se extienda el odio, pero antes todo ese espacio era nuestro. También nos robaron internet cuando privatizaron las redes que habían sido desarrolladas en centros de investigación públicos para dárselas a un puñado de empresas. O cuando se apropiaron de todo lo que millones de personas estaban haciendo en línea para empaquetarlo en un modelo de negocio que llamaron Web 2.0. Nos han contado internet como un ejemplo de éxito empresarial para que nos olvidemos del papel de los hacklabs, de la financiación pública, de streamers gastando zapatilla en las calles, de señoras enviando memes a grupos de WhatsApp, de activistas que conspiran, de riders en huelga… de millones de protagonistas que no suelen aparecer en los relatos y que son parte fundamental del desarrollo de las tecnologías digitales.
Repasar esta historia de victorias —porque si perdimos tantas veces es porque un rato antes íbamos ganando— no es un ejercicio de nostalgia impotente, es una herramienta para recordar que se puede ganar. Que internet puede ser un territorio donde aprender, colaborar y avanzar hacia algo que se parezca un poco más al mundo en el que queremos vivir. Que podemos pensar una IA feminista y decolonial más sostenible, abierta y democrática. Este libro es memoria histórica de internet y también es una recopilación de herramientas para pasar a la acción, imaginar otras redes y construirlas juntes. De ahí que termine con un epílogo en el que la escritora Lola Robles adopta el formato de relato especulativo para comenzar a imaginar utopías digitales compartidas.
Somos muchas las personas que estamos descontentas con el estado actual de internet, que vemos un gran problema en el robo de datos, en el internet rápido y adictivo, en el surgimiento de 'inteligencias artificiales' sin regulación que, en vez de facilitarnos las cosas, nos las entorpecen... También somos muchas las personas que nos sentimos perdidas cuando buscamos alternativas o queremos aportar de alguna manera a la creación de ese internet utópico (pero aparentemente no tan difícil de alcanzar, porque lo hemos llegado a vivir en cierta manera) libre, diverso y útil.
Este libro ha cumplido todas mi expectativas: Le ha dado nombre a las cosas que me parecían frustrantes del internet actual pero que no era capaz de explicar, me ha puesto en contexto y me presentado problemáticas que no conocía y que es necesario tener en cuenta y, lo más importante, me ha dado recursos y me ha …
Somos muchas las personas que estamos descontentas con el estado actual de internet, que vemos un gran problema en el robo de datos, en el internet rápido y adictivo, en el surgimiento de 'inteligencias artificiales' sin regulación que, en vez de facilitarnos las cosas, nos las entorpecen... También somos muchas las personas que nos sentimos perdidas cuando buscamos alternativas o queremos aportar de alguna manera a la creación de ese internet utópico (pero aparentemente no tan difícil de alcanzar, porque lo hemos llegado a vivir en cierta manera) libre, diverso y útil.
Este libro ha cumplido todas mi expectativas: Le ha dado nombre a las cosas que me parecían frustrantes del internet actual pero que no era capaz de explicar, me ha puesto en contexto y me presentado problemáticas que no conocía y que es necesario tener en cuenta y, lo más importante, me ha dado recursos y me ha enseñado vías para poder mejorar esta situación y para poder aportar mi pequeño granito de arena. Ha sido un gusto de principio a fin.
Este libro es un oasis para quienes venimos incómodes utilizando nuestras redes. Me doy la bienvenida al fediverso, y espero prontamente poder dar una reseña menos autoreferencial. Hasta entonces... lean este libro que las redes son nuestras
La parte más "mainstream" del libro, la referente a la historia de la tecnología libre, el empleo de las redes como catalizador del ascenso de la extrema derecha populista, me parece menos interesante (en parte porque varias de las fuentes que emplea, como la columna de Cory Doctorow, me son conocidas). Otras partes, como la intersección entre transfeminismo, tecnología y una suerte de movimiento transhumanista o biohacker me han parecido más interesantes/innovadoras?, pero creo que las recorre con una cierta brevedad - igual por salirse un poco del tema del libro -.
No obstante, el libro se hace ameno, explica cosas, a mi juicio, relevantes para la sociedad actual, que no son tan conocidas y está excelentemente documentado.
Un alegato esperanzador por una vuelta a una internet que sea de nuevo libre, pública y humana que es, además, el punto de partida para empezar a reclamarlo. Una lectura amena, interesante y muy necesaria en un tiempo en el que perder internet significa perder la cultura.
Un interesantísimo y detallado repaso de la evolución de internet que demuestra que las redes sociales y demás plataformas del entorno online han sido siempre un soporte ideal para movimientos sociales de todo tipo. Es imprescindible terminar con la retórica que vincula redes sociales y discursos de odio, porque lleva a una especie de fetichización de las ultraderechas muy valiosa para sus objetivos antidemocráticos.
No hay mejor momento que este para leer un libro como el de Marta G. Franco para entender algunos fenómenos que nos rodean y preocupan.
10/10, imprescindible para entender cómo se coció internet. Explica en paralelo la historia del desarrollo de las primeras plataformas de comunicación online desde universidades y hacklabs con la aparición de Silicon Valley y la conversión del código libre en negocio. Además, parte del relato desde dentro y narra el crecimiento del 15M desde la acampada en Sol y el uso novedoso que se hizo de redes en aquel entonces. Y, lo más importante, con una perspectiva optimista de fondo que creo que tanto necesitamos hoy.