Rodrigo reviewed Al morir don Quijote by Andrés Trapiello
La perspectiva permite percibir profundidad, requiere de otro punto de vista.
5 stars
En algún lado Kim Stanley Robinson escribió que cuando va terminando de escribir sus novelas siente que sus personajes dejan de hablarle, y es un poquito triste. Por otro lado escribió Umberto Eco que a veces se le antojaba leer algo bien chingón y después de darle vueltas la solución más económica era nomás escribirlo. Así creo que le pasa a Andrés Trapiello con Don Quijote, quizá al terminar su traducción al castellano actual. Se termina el libro y padece ese vacío pero ¿dónde encontrar más? Mejor escribirlo. ¡Y eso que Don Quijote desde el mero principio tiene versiones apócrifas! Pensándolo más: Don Quijote es un libro con un montón de fan-art y ahora veo que no le falta fan-fic.
Los primeros capítulos son más bien tristes, pero no malos. Es sólo que recoge el tono donde lo deja aquel libro y duele narrar lo que pasa con los personajes …
En algún lado Kim Stanley Robinson escribió que cuando va terminando de escribir sus novelas siente que sus personajes dejan de hablarle, y es un poquito triste. Por otro lado escribió Umberto Eco que a veces se le antojaba leer algo bien chingón y después de darle vueltas la solución más económica era nomás escribirlo. Así creo que le pasa a Andrés Trapiello con Don Quijote, quizá al terminar su traducción al castellano actual. Se termina el libro y padece ese vacío pero ¿dónde encontrar más? Mejor escribirlo. ¡Y eso que Don Quijote desde el mero principio tiene versiones apócrifas! Pensándolo más: Don Quijote es un libro con un montón de fan-art y ahora veo que no le falta fan-fic.
Los primeros capítulos son más bien tristes, pero no malos. Es sólo que recoge el tono donde lo deja aquel libro y duele narrar lo que pasa con los personajes que quedan vivos.
El mundo de Don Quijote -que es el nuestro- sin su protagonista ¡ay! qué árido es. Esa aridez enfatiza la grandeza del Héroe, todos los personajes antes secundarios ahora llenan la escena y sus historias son mundanas. Al principio, si resultan de interés los sobrevivientes, es por aquella cercanía. Pero poco a poco van creando su propia historia y tejiendo su propio nudo.
Sancho, que no era secundario, se vuelve taciturno. Él es el primero en reconocerlo: es otro. Siento que la novella llega al climax cuando Sancho aprende a leer. ¡Es la cosa más bonita! Le enseña el Bachiller Sansón Carrasco. ¡Cuánto me gustaron sus reflexiones de bibliómano!
Hablando de fan-art quijotesco: ¡es muy abundante! Hay obras bien sinceras que me conmueven. Recuerdo un lienzo grandote en Guanajuato, es oscuro y enmedio una mancha movediza de dramático rojo es rocinante en furiosa embestida. O ese cuadro que flota en la gran red, de Sancho abrazado a su Rucio, lágrimas ardientes ruedan por sus mejillas. Pero mucho arte tiene un tono irónico, se parece al humor del Duque y la Duquesa. Lo pintan a Don Quijote exagerando la locura, no el heroismo, y es un poco como cuando esos ricachones insulsos le dan cuerda al loco para divertirse. Esas burlas de los duques las detesta minuciosamente el autor y la novela le da ocasión de declararlo con abundantes razones, y a través de personajes que vieron la acción de cerca. Mejor aún: organiza una deliciosa venganza. ¡Es muy satisfactorio!
A la pregunta "¿con qué libro te quedas en una isla desierta?" mi maestro respondió sin vacilar: El Quijote. Entre más lo releo más comparto su punto de vista. Esta novela se siente así: como un ejercicio de re-lectura.
Creo que leeré más deste autor. También recomiendo su actualización, es realmente buena, me gustó más que esas ediciones cuajadas de notas al pie, tan distrayentes.